Hola yoguis,
Ya estoy de vuelta a casa. Después de un intenso pero maravilloso verano. Ha sido genial poder relajarme, divertirme, descubrir, practicar yoga, comer, reír, llorar, dormir…
Un sinfín de cosas que me han aportado 100% de energía y conocimiento. Y aunque durante el año todo pasa igual debo reconocer que no con la misma fluidez como me gustaría. Aun así, no me quejo, la vida me da todo aquello que quiero (salud, paz y amor).
Parte de mis vacaciones las he pasado en Cuba. Una maravillosa isla repleta de seres bondadosos y honestos que aun siendo privados de su libertad te aportan sonrías y buenos momentos.
Cuba demuestra una vez más que no es más rico el que más tiene sino el que menos necesita. Es un país lleno de cultura, variedad colores, olores y musicalidad. Lo recomiendo 100%. La seguridad es buena. Pasea sin miedo, descubre sus calles, pero sobretodo su gente.
Mi recorrido no ha sido muy extenso ya que hemos hecho Habana y Cayos pero ha sido suficiente para quedar enamorados incluso de su inexplicable destrucción. Es como volver a los años 50 mezclado con las nuevas tecnologías.
Este viaje me ha permitido practicar yoga en lugares especiales, en medio del kaos encontrando mi paz y en medio de la nada para estabilizar m intranquilidad.
Recordaré siempre su ruido en la ciudad y sus atardeceres en el mar.
Gracias Cuba, ha sido tanto en tan poco tiempo.
Sigamos, siempre. Adelante.
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